Cartel para la segunda etapa del círculo de lectura de El Capital de Marx

Cartel para leer el segundo tomo de El Capital
Cartel para leer el segundo tomo de El Capital

Realicé este cartel en Inkscape para la segunda etapa de un círculo de lectura en el que estoy. Las fuentes fueron Avro, Pannefresco y Fira Sans Condensed.

Usé como referencia la edición de El Capital de Siglo XXI, que es la que estamos leyendo, pero el diseño de lomo y de portada es original, solo parecido al de la editorial.

Mi intencíón detrás de este cartel era hacer algo más lúdico, y poner pequeños escaladores subiendo los 2 tomos del libro, pero como me pasa a menudo, me comieron los tiempos y no tuve tiempo de hacerlo. Como sea, estoy satisfecho con el resultado aunque no haya sido lo que había pensado al principio.

Cartel Don’t Punch Down

Don't punch down, punch up!
Don’t punch down, punch up! No golpees hacia abajo, golpea hacia arriba.

 

Hice este cartel en vez de entrar en interminables pleitos en las redes sociales. ¿Para qué pelear con quien tienes al lado, por equivocado que esté, cuando el enemigo está arriba?

 

Realizado con GIMP, Inkscape y GMIC.

Tres carteles para SOS Racismo Navarra.

Cartel para SOS Racismo, pidiendo justicia en el caso del migrante asesinado por la policía Elhadji
Cartel para SOS Racismo, pidiendo justicia en el caso del migrante asesinado por la policía Elhadji

 

 

Realicé estos tres carteles para SOS Racismo Navarra. Por desgracia, solo uno de ellos salió publicado. El cartel de Elhadji, que sería un pendón, lo terminé demasiado tarde así que no hubo oportunidad de imprimirlo. Los carteles para las jornadas antirracistas sí se usaron, pero el de la mesa de violencia policial no se usó, sino una versión que no incluía la ilustración del policía antimotines.

Cartel para una jornada de Encuentros Antirracistas.
Cartel para una jornada de Encuentros Antirracistas. Este cartel no fue utilizado.
Cartel para una jornada de Encuentros Antirracistas.
Cartel para una jornada de Encuentros Antirracistas.

 

Como siempre, todos los carteles fueron realizados en Inkscape.

Cartel en torno a las elecciones gringas

Una ilustración vectorial de un militante del bloque negro arrojando una bomba molotov.
Una ilustración vectorial de un militante del bloque negro arrojando una bomba molotov.

 

Cartel que realicé por completo en Inkscape, el texto dice «No tienes porqué escoger entre dos maniacos genocidas, puedes elegir resistir», y lo hice de cara a que en las próximas elecciones gringas, los dos candidatos punteros, están por apoyar sin reservas a la entidad sionista y el genocidio del pueblo palestino.

 

Como siempre, pueden descargar el archivo vectorial libre de derechos de OpenClipArt. Las fuentes que utilicé fueron Kiss Kiss from Paris  y Nord-Sud.

 

Militante del bloque negro arrojando una bomba molotov.
Militante del bloque negro arrojando una bomba molotov.

Tres carteles para el Comité por la Liberación de Palestina

Cartel invitando a la segunda pinta por Palestina.
Cartel invitando a la segunda pinta por Palestina.
Cartel invitando a la colecta de materiales (pintura, periódico, zapatos infantiles) que realiza el Comité por la Liberación de Palestina.
Cartel invitando a la colecta de materiales (pintura, periódico, zapatos infantiles) que realiza el Comité por la Liberación de Palestina.

Dos carteles digitales que realicé para actividades del Comité por la Liberación de Palestina.

Cartel que presenta los números de infantes asesinados y heridos por el genocidio que Israel lleva a cabo en Gaza, junto con la imagen de Ana Frank.
Cartel que presenta los números de infantes asesinados y heridos por el genocidio que Israel lleva a cabo en Gaza, junto con la imagen de Ana Frank.

Diseño de pegatina para el Comité por la Liberación de Palestina. Este diseño se imprimió en tamaño tabloide y se aplicó en paredes, mobiliario urbano, vitrinas de Starbucks y otras superficies.

https://pixel.nobigtech.es/storage/m/_v2/495002511683739675/7c649620b-69b6c5/RLOetBaft0TY/X3BnDeNeBB0YBUA6BsqKrdhxDVklb9n9h3phFzFB.jpg

Los tres diseños fueron realizados usando Inkscape y GIMP.

Sobre Palestina y la inutilidad de los liberales occidentales, traducción de un texto de Caitlin Johnstone

Sobre Palestina y la inutilidad de los Liberales Occidentales.

Caitlin Johnstone. 3 de Marzo 2024.

Hay un exasperantemente común tipo de liberal que pretende oponerse a las acciones de Israel en Gaza mientras al mismo tiempo dice apoyar «el derecho de Israel a existir», como si la existencia de Israel pudiese separarse de alguna manera de sus asesina naturaleza genocida. Este es un Estado que literalmente no puede existir sin una constante violencia y tiranía, como lo demuestra toda su historia desde su inicio. Desde su origen fue constituido como una colonia del imperialismo occidental, y eso es lo que ha sido desde entonces.

La historia ha establecido de manera concluyente que no es posible imponer un Estado étnicamente puro sobre una población previamente existente en el que esta población preexistente sea subordinada legalmente al nuevo grupo sin tremendas cantidades de guerra, violencia policial, desplazamientos forzados, apartheid, privación de derechos y opresión. Esto no es rebatible. Es un tema resuelto.

¿Es posible tener una nación en la que los judíos sean bienvenidos y respetados? Por supuesto. Existen muchas naciones así fuera de israel, y la mayoría de los judíos del mundo viven en ellas. Lo que **no** es posible es un Etnoestado en la Palestina histórica donde la población preexistente sea tratada como inferior a la población judía sin que esto implique por necesidad violencia, abuso y tiranía permanente. Esta es una evidente contradicción en fines, pero es lo que los liberales que debatimos aquí pretenden que es una posibilidad razonable.

Definitivamente podría haber un Estado en esa región donde los judíos y los palestinos puedan coexistir pacíficamente, pero sería extremadamente distinto del Israel de hoy en día que no podrías pretender que fuera el mismo Estado que el que vemos ahora. Implicaría un una transformación tan dramática de la civilización israelí, un desmantelamiento tan comprehensivo del profundamente enraizado racismo, una reestructuración tan drástica de los sistemas existentes de gobierno, tanto trabajo, sacrificio, humildad, trabajo interior y reparaciones, que sería un sinsentido llamarlo por el mismo nombre.

Y eso no es de lo que los liberales en cuestión están hablando cuando dicen que se oponen a las atrocidades de Israel en Gaza, pero que «apoyan el derecho de Israel a existir». Lo que quieren decir es que desean que Israel sea el Estado tiránico y de apartheid que siempre ha sido, pero que paren las masacres. Quieren que la injusticia continúe, pero quieren que las manifestaciones más violentas de esta injusticia les dejen de causar disonancia cognitiva. Quieren el Status Quo, pero sin el asesino salvajismo que es necesario para la existencia del Status Quo. Quieren creer que viven en una tierra imaginaria de fantasía donde eso es posible.

Para que esta fantasía aparezca más creíble, los liberales pretenden que la violencia que vemos puede ser culpada exclusivamente en el gobierno de Netanyahu, como si las cosas fuesen bien sin Bibi en el poder a pesar de que en los hechos los abusos de Israel empezaron mucho antes de que él apareciera, y a pesar de que las atrocidades en Gaza cuentan con el apoyo de la amplia mayoría de los israelíes. La violencia israelí no es resultado de Netanyahu, Netanyahu es resultado de la violencia israelí. El construyó su carrera política sobre sentimientos que ya estaban ahí.

También se cuentan a si mismos cuentos de hadas acerca de una solución de dos Estados para validar su postura, ignorando hechos inconvenientes como que oficiales israelíes han estado declarando abiertamente que nunca existirá un Estado palestino, que la mayoría de los judíos israelíes masivamente se oponen a esa medida, y a que se construyen asentamientos israelís en los territorios palestinos con el fin explícito de hacer imposible una solución de dos Estados. Los liberales se creen estas fantasías como un especie de apaciguador cognitivo, que les permite relajarse y sentirse bien consigo mismos a pesar de que no están apoyando ninguna propuesta viable que vaya hacia la justicia.

Y para ser claros esto no es sólo lo que piensan los liberales entorno a Israel-Palestina; son todas sus posiciones ante cualquier cosa. Ante cualquier tema su postura es poco más que «mantengamos el Status Quo, pero hagamoslo más psicológicamente confortable para mi.» Nunca quieren hacer lo correcto, sino solo sentir que hacen lo correcto. La suya es una ideología imperialista, militarista, tiránica y oligárquica con un montón de estampas de justicia social que les hacen sentir bien pegadas encima. Una bota en tu cuello y una flor en su cabello.

Eso es lo que son los liberales. Es quien siempre han sido. Phil Ochs publicó la canción «Love Me, I’m a Liberal» (ámame, soy un liberal) en 1966, y no han cambiado un ápice desde entonces. Los temas cambian, así que sus argumentos cambian, pero sus valores de «mantengamos el Status Quo pero hagamos que me sienta bien al respecto» han sido los mismos desde hace generaciones.

Tha’er y el Valle de los Bandidos.

 

Con 26 balas y un viejo rifle de la 2da Guerra Mundial, Tha’er mató a 11 e hirió a 9 soldados de las Fuerzas de Ocupación Israelí, en un puesto de control. Tha’er quiere decir «revolucionario» en árabe. Tha’er cerró permanentemente ese puesto de control. Tha’er tenía tan solo 22 años. Y Tha’er no fue detectado hasta dos años y medio después.

En este día (3 de Marzo) de 2002, Tha’er Kayed Hammad llevó a cabo una de las más precisas operaciones de la historia de la resistencia palestina. Escondido entre los árboles de Al-Bireh, llevó a cabo la legendaria operación del Valle de los Bandidos, con un viejo rifle que compró con su propio dinero, se entrenó en ese mismo Valle. Tha’er dice: «junté 1,800 dólares y compré un rifle M1 con 350 balas. Practiqué hasta que podía darle a una mosca.»

Como moscas cayeron los colonos. Después de orar, subió al Valle de los Bandidos con 70 balas, sabiendo que su destino sería o ser mártir o caer preso. Rodeado por olivos, vigilaba el puesto de control en el valle; exactamente a las 6:00, disparó su primer tiro. Un soldado sionista recibió un tiro entre los ojos. Segundos después, su segundo disparo atinó a otro soldado en el corazón, un tercero cayó momentos después.

Más soldados salieron a investigar. Bang. Bang. En un minuto, cinco balas fueron disparadas, cinco soldados yacían muertos. Un soldado, gritando, asomó su cabeza por una ventana, sólo para obtener una bala en el cerebro. Seis muertos. Tiempo después, dos colonos llegaron al puesto de control. Ocho muertos. Ocho balas.

Tha’er era un maestro de la precisión. Evitaba dispararle a los palestinos. Cuando una mujer sionista y suis hijos lleguaron al valle, él dijo: «No soy como ellos; no mato niños,» diciendole a la mujer en hebreo, «No soy un asesino. Vete con tus niños.»

Había transcurrido una hora y media. Tha’er disparó 26 balas, y los cuerpos de los sionistas yacían alrededor del puesto de control. Su arma estalló, y se vio obligado a abandonarla. A pesar de que deseaba «continuar en la montaña, peleando con piedras», decidió que era mejor retirarse. Con calma, Tha’er fue a casa, a Silwad, tomó una ducha, y durmió.

Nuestro héroe dice, «No esperaba sobrevivir, pero lo que me confortaba era que había superado la falsa y exagerada idea acerca del ejército ‘israelí’ siendo tan fuerte y bien entrenado que no podía pegarle, deja tú matarlo y derrotarlo. Me dí cuenta que era un ejército banal que podía ser muerto, derrotado y vencido, y lo vi con mis propios ojos, y escuché cómo los soldados lloraban, gritaban y suplicaban detrás de las paredes del edificio y los montículos de tierra mientras se guarecían del fuego de mi viejo rifle. Me dí cuenta que era un ejército de mercenarios cuyos soldados no enfrentaban a la muerte con valor y no se mantenían firmes en la batalla, lo que me ayudó a mantenerme firme entre las ramas de los olivos durante toda la operación… suerte para ellos [que mi rifle se haya descompuesto].»

La inteligencia sionista asumió que el tirador era un francotirador con experiencia, un hombre mayor con años de entrenamiento. No sospechaban que a sus 22 años Tha’er fue quien mojó con sangre el puesto de control. 30 meses pasaron antes que las FOI descubrtieran que las huellas digitales pertenecían a Tha’er, y le arrestaron. Ni siquiera su familia sabía que él había sido responsable de tamaño heroísmo.

En el momento de su arresto, un oficial sionista impresionado hasta le dio un saludo militar. Tha’er fue sentenciado a once cadenas perpetuas después de 30 juicios. Continúa escribiendo libros y estudiando en las prisiones sionistas.

Cuando fue arrestado, Tha’er dijo: «El combatiente revolucionario sigue libre aún si es arrestado, ya que la libertad es la libertad de la mente, del pensamiento y del espíritu, aún si el cuerpo está restringido. Mi cuerpo fue arrestado dos años y medio después de la fecha de la operación, pero aunque estoy en prisión, sigo siendo libre.»

¡Gloria al rifle de la resistencia!

¡Gloria al revolucionario Tha’er!

¡Libertad a nuestros presos revolucionarios!

Fuente: Resistance News Network, recuperado de Abolition Media.

Traducción: Benjamín Argumento.

Lo impensable de la revuelta de esclavos

Aquellos que dicen que Israel sabía de los planes de Octubre 7 desde el principio están reempaquetando un viejo tropo colonial que afirma que los nativos son demasiado dóciles, demasiado sumisos, demasiado cobardes, y demasiado inferiores para revelarse contra sus opresores.

Por Zubayr AlikhanPublicado en Mondoweiss el 8 de Febrero, 2024

El 7 de octubre de 2023, los palestinos lanzaron la operación decolonial más grande en la historia de Palestina. Serrucharon sus grilletes, destruyeron su celda, atravesaron la pared de hierro. Los palestinos tomaron los cielos. Cegaron las cámaras, cortaron las comunicaciones, y penetraron en los asentamientos. Paralizaron una potencia nuclear colonial y pusieron al imperio de rodillas. Cortaron el cordón umbilical de impenetrabilidad, seguridad y dominio sacrosanto, vital para todo proyecto colonial.

Inmediatamente, los escribas y políticos del imperio, los administradores coloniales, conservadores y liberales — sobre todo liberales — pusieron manos a la obra. Su tarea tenía dos direcciones: asegurarse que el mundo viera a los nativos como hordas salvajes, bárbaros, animales, la quintaesencia del mal — aquí, los liberales rápidamente olvidaron la corrección política y se apresuraron a condenar — y, simultáneamente, re-establecer el domino.

El primer objetivo tomó por asalto al mundo, pero para cualquiera con la mente clara siempre fue una falacia y ahora ha sido incansable y completamente desacreditado. El segundo, por otra parte, permeó en el cerebro de muchos, aún aquellos potencialmente bien intencionados, sin saberlo. Este re-establecimiento del imperio se ha manifestado de varias maneras: los palestinos no podían haber roto el cerco ellos solos, no podían haber penetrado el domo de hierro, los sistemas de seguridad de Israel son demasiado avanzados para haber sido sobrepasados o desarmados — Israel “les dejó hacerlo”.

Sin perder un instante, una operación sin precedentes que rompió con la noción de invencibilidad imperial fue reinterpretada como una herramienta imperial. Era parte de un plan maestro imperial para atrincherar y expandir aún más el dominio — los nativos eran peones inconscientes a disposición de un poder colonial omnisciente e intelectualmente superior. De esta corriente de pensamiento — y hacia ella — emanan otras verdades, medias verdades, y mentiras que ponen en evidencia y solidifican su control. Israel de hecho apoya y creó a Hamas, dicen algunos. Netanyahu planeó esto para ganar las próximas elecciones, afirman otros. Y, mi favorito, — particularmente porque ha sido engordado por los estenógrafos del New York TimesIsrael supo todo desde el principio.

Seguramente el próximo descubrimiento será que Israel sabía de la Operación Inundación de Al-Aqsa antes que los propios palestinos, que ellos lo elucubraron, y lo plantaron en las mentes de los palestinos. Apuntalando todo esto — y constituyendo su razón de ser — está lo impensable de la revuelta de esclavos (o nativos).

Lo impensable de la revuelta de esclavos es un concepto introducido por Michel-Rolph Trouillot para explicar las respuestas Imperiales de Occidente, los silencios, y el silenciamiento de la Revolución Haitiana. Mientras Trouillot lo usa en relación con el imperialismo del siglo XVIII, esta impensabilidad aplica perfectamente al presente — el imperio, sus ideologías, su colonialismo, sus genocidios y sus colonias, no son el pasado a ser estudiado, sino una realidad material y violenta que se experimenta hoy en día.

La reacción más común en Francia, Inglaterra, España y los Estados Unidos ante el estallamiento de la Revolución Haitiana fue el descreimiento. La noticia era falsa. Los hechos —al igual que hoy los hechos en torno a la Inundación de Al Aqsa — eran demasiado improbables. De cualquier modo, los hechos tenían que ser falsos, porque los negros, como los palestinos, eran bestias sin conciencia, salvajes, latigueados hasta la docilidad, flojos, desorganizados, e inferiores — eran categóricamente incapaces de pensar una operación así, más aún de organizarla ellos mismos o de llevarla a cabo.

Aún si de alguna forma habían conjurado espíritus y logrado estos milagros, la superioridad intelectual, militar, económica y racial de los blancos aseguraban que serían rápidamente sofocados, encadenados y devueltos al trabajo una vez más. El problema, sin embargo, era precisamente que Occidente estaba reaccionando — a posteriori — e inventando explicaciones mientras los negros y los palestinos hacían lo impensable, activamente neutralizaban a las fuerzas coloniales, y reclamaban su tierra.

Lentamente y a regañadientes, la realidad de los hechos caló. Noticias sobre las inmisericordes hordas negras masacrando a los blancos llegaron a Europa, y los sionistas proclamaron de nuevo los “Horrores de Santo Domingo”. Las noticias que habían racionalizado de varias formas — los hechos categóricos eran, son, impensables. De ahí, la revolución era un “repercusión desafortunada de los malos cálculos de los dueños de plantaciones”, la Inundación de Al Aqsa era el resultado de “una cascada de tropiezos que llevaba años” por parte de Israel. “No buscaba un cambio revolucionario,” no buscaba la decolonización, “no era apoyada por la mayoría de la población esclava”, era Hamas actuando sola y los palestinos no lo apoyaban, “era obra de agitadores”, Irán lo había instigado, “era la… consecuencia de varias conspiraciones confabuladas por no-esclavos”, había “fugas en la inteligencia israelí”. Con los negros y los palestinos intelectualmente nulos, “cada grupo escoge a su enemigo favorito como el más probable conspirador [y] se acusan uno a otro de ser el cerebro detrás de la revuelta.” En Haití eran los británicos, los monárquicos, los mulatos; en Palestina la mente maestra era Irán y, detrás de ellos, Rusia y China.

Aquí, algunos correrán a lanzar insultos o acusarme de ingenuidad por despreciar el deslumbrante hecho del conocimiento previo del sionismo (como si yo fuese el imperio). Debo de clarificar. Nada de lo que he dicho es para insinuar que el régimen sionista no sabía — aunque mi instinto aún duda en creerlo — sino decir que la operación era impensable para ellos, que su saber/no saber es irrelevante, y que la forma en que se desarrollaron los hechos y su consecuencia está fuera de sus omnipotentes manos, y caen en las manos de los palestinos, los dueños de la tierra y de la resistencia.

Es interesante que, entre todo el trabajo de taquigrafía imperial presentado en la investigación del Times sobre la Inundación de Al Aqsa, hay una línea que ha sido la más ignorada y descontada en el esfuerzo de bombardear los sucesos inesperados del 7 de octubre de vuelta al dominio del imperio, bajo sitio o, mejor aún, fuera de la memoria.

Luego entonces, esta línea, puede ser retomada por tener una potencial verdad: > “[Israel mantuvo la] idea fatalmente equivocada de que Hamas no tenía la capacidad de atacar y que no se atrevería a hacerlo… [una] idea tan arraigada en el gobierno israelí… que descartaron la evidencia que señalaba lo contrario.”

Nótese la percepción de la incapacidad palestina —y la docilidad consecuencia del miedo — así como el reconocimiento que la operación era tan visceralmente impensable que los sionistas, así como los europeos de 1792, descreían a sus propios ojos. Así es la arrogancia del imperio, y ahí se encuentra su destrucción.

El imperialismo descansa en esa idea, en la centralidad y la supremacía de si mismo sobre aquellos que esperan la conquista y la civilización. La primacía del imperio se basa en la subalternidad del Otro. La superioridad imperial se basa en la inferioridad de los nativos. Aún así, paradójicamente, esta subalternidad e inferioridad es indispensable para la primacía y superioridad del imperio y lo europeo. Eventos como la Revolución Haitiana, el Atentado del Milk-Bar1, y la Inundación de Al Aqsa, invierten, revierten o destrozan completamente estas jerarquías.

Por esto, para el nativo, esta violencia es una “fuerza desintoxicadora,” “Libra al colonizado de su complejo de inferioridad, de sus actitudes contemplativas o desesperadas. Lo hace intrépido, lo rehabilita ante sus propios ojos.”2 En consecuencia, si el nativo es librado de su complejo de inferioridad, ya no es inferior; si ya no es inferior, el colonizador ya no es superior; si el colonizador ya no es superior, la idea del imperio se ve comprometida, los ídolos colapsan, y el imperialismo cae.

Así, Fanon escribe “es precisamente en el momento en que [el nativo] se da cuenta de su propia humanidad cuando empieza a afilar las armas que le darán la victoria.” La función de las teorías que racionalizan dilucidando lo impensable se hace aparente — is la preservación del dominio, de la jerarquía, del futurismo colonial, del ser imperial.

La amenaza planteada por cualquier acto de resistencia de los nativos en cualquier parte del mundo colonizado no es sólo una amenaza material a su objetivo inmediato o el señorío local sino un azote a la existencia del imperio y el imperialismo como un todo. En las siempre pertinentes palabras de Ghassan Kanafi 3, “el imperialismo ha posado su cuerpo sobre el mundo, la cabeza en el Este Asiático, el corazón en el Medio Oriente, sus arterias alcanzando África y América Latina. Donde sea que golpees, le dañas, y ayudas a la Revolución Mundial.”

Debo concluir con una explicación. Tuve la idea de este artículo desde el 7 de octubre. He pensado en escribir esto desde ese día pero me encontré impedido a hacerlo por la devastación del genocidio. ¿Cómo puedo escribir de algo que no sea el genocidio? En efecto, mientras leías este artículo un niño palestino — el alma de la vida de alguien — fue asesinado en Gaza. Cada 7 minutos. Mientras los días se hacían meses, pensar, hablar, o escribir acerca de algo más se sentía cada vez más inapropiado, incluso inmoral. Tras debatirme sin fin, recordé el patrón de la historia colonial — tras un acto de resistencia de los nativos viene la brutalidad más feroz y desenfrenada del colonizador. Está pensada para enseñar una lección, para hacer que el nativo olvide sus triunfos — cuan pequeños sean — para sumergirlo en fuego y ahogarlo en sangre hasta que es consumido. No podemos dejar que este borrado de su conquista pase sin ser confrontado.

Mientras miramos a las agencias de noticias, los políticos, los ideólogos, y los espectadores hacer explicaciones para descartar lo que no tiene precedentes, quitándoles a los palestinos su agencia — y su humanidad — debemos reconocer que están en juego los engranes de la maquinaria imperial, desinfectando, civilizando y trivializando. Mientras caen las bombas en Gaza, buscando destruir en los palestinos la memoria de su victoria, enterrando el vislumbramiento de su liberación en los escombros y borrando en la memoria del mundo su presencia, no podemos olvidar. El 7 de octubre, palestina derribó el orden mundial imperial y hoy, o mañana, en diez años o en cien, será libre.


  1. Se trata de un atentado durante la lucha por la independencia de Argelia, donde las guerrilleras del Frente Nacional de Liberación introdujeron bombas a los cafés de la barrio francés de Argelia. El evento está representado en la película de Gilo Pontecorvo La Batalla de Argel. Nota del traductor.↩︎
  2. Franz Fanon, Los Condenados de la Tierra, traducción de Julieta Campos. Nota del traductor.↩︎
  3. Autor palestino, militante del Frente Popular de Liberación de Palestina, asesinado por el Mossad en Beirut en 1972. Nota del traductor.↩︎