Sobre Palestina y la inutilidad de los liberales occidentales, traducción de un texto de Caitlin Johnstone

Sobre Palestina y la inutilidad de los Liberales Occidentales.

Caitlin Johnstone. 3 de Marzo 2024.

Hay un exasperantemente común tipo de liberal que pretende oponerse a las acciones de Israel en Gaza mientras al mismo tiempo dice apoyar «el derecho de Israel a existir», como si la existencia de Israel pudiese separarse de alguna manera de sus asesina naturaleza genocida. Este es un Estado que literalmente no puede existir sin una constante violencia y tiranía, como lo demuestra toda su historia desde su inicio. Desde su origen fue constituido como una colonia del imperialismo occidental, y eso es lo que ha sido desde entonces.

La historia ha establecido de manera concluyente que no es posible imponer un Estado étnicamente puro sobre una población previamente existente en el que esta población preexistente sea subordinada legalmente al nuevo grupo sin tremendas cantidades de guerra, violencia policial, desplazamientos forzados, apartheid, privación de derechos y opresión. Esto no es rebatible. Es un tema resuelto.

¿Es posible tener una nación en la que los judíos sean bienvenidos y respetados? Por supuesto. Existen muchas naciones así fuera de israel, y la mayoría de los judíos del mundo viven en ellas. Lo que **no** es posible es un Etnoestado en la Palestina histórica donde la población preexistente sea tratada como inferior a la población judía sin que esto implique por necesidad violencia, abuso y tiranía permanente. Esta es una evidente contradicción en fines, pero es lo que los liberales que debatimos aquí pretenden que es una posibilidad razonable.

Definitivamente podría haber un Estado en esa región donde los judíos y los palestinos puedan coexistir pacíficamente, pero sería extremadamente distinto del Israel de hoy en día que no podrías pretender que fuera el mismo Estado que el que vemos ahora. Implicaría un una transformación tan dramática de la civilización israelí, un desmantelamiento tan comprehensivo del profundamente enraizado racismo, una reestructuración tan drástica de los sistemas existentes de gobierno, tanto trabajo, sacrificio, humildad, trabajo interior y reparaciones, que sería un sinsentido llamarlo por el mismo nombre.

Y eso no es de lo que los liberales en cuestión están hablando cuando dicen que se oponen a las atrocidades de Israel en Gaza, pero que «apoyan el derecho de Israel a existir». Lo que quieren decir es que desean que Israel sea el Estado tiránico y de apartheid que siempre ha sido, pero que paren las masacres. Quieren que la injusticia continúe, pero quieren que las manifestaciones más violentas de esta injusticia les dejen de causar disonancia cognitiva. Quieren el Status Quo, pero sin el asesino salvajismo que es necesario para la existencia del Status Quo. Quieren creer que viven en una tierra imaginaria de fantasía donde eso es posible.

Para que esta fantasía aparezca más creíble, los liberales pretenden que la violencia que vemos puede ser culpada exclusivamente en el gobierno de Netanyahu, como si las cosas fuesen bien sin Bibi en el poder a pesar de que en los hechos los abusos de Israel empezaron mucho antes de que él apareciera, y a pesar de que las atrocidades en Gaza cuentan con el apoyo de la amplia mayoría de los israelíes. La violencia israelí no es resultado de Netanyahu, Netanyahu es resultado de la violencia israelí. El construyó su carrera política sobre sentimientos que ya estaban ahí.

También se cuentan a si mismos cuentos de hadas acerca de una solución de dos Estados para validar su postura, ignorando hechos inconvenientes como que oficiales israelíes han estado declarando abiertamente que nunca existirá un Estado palestino, que la mayoría de los judíos israelíes masivamente se oponen a esa medida, y a que se construyen asentamientos israelís en los territorios palestinos con el fin explícito de hacer imposible una solución de dos Estados. Los liberales se creen estas fantasías como un especie de apaciguador cognitivo, que les permite relajarse y sentirse bien consigo mismos a pesar de que no están apoyando ninguna propuesta viable que vaya hacia la justicia.

Y para ser claros esto no es sólo lo que piensan los liberales entorno a Israel-Palestina; son todas sus posiciones ante cualquier cosa. Ante cualquier tema su postura es poco más que «mantengamos el Status Quo, pero hagamoslo más psicológicamente confortable para mi.» Nunca quieren hacer lo correcto, sino solo sentir que hacen lo correcto. La suya es una ideología imperialista, militarista, tiránica y oligárquica con un montón de estampas de justicia social que les hacen sentir bien pegadas encima. Una bota en tu cuello y una flor en su cabello.

Eso es lo que son los liberales. Es quien siempre han sido. Phil Ochs publicó la canción «Love Me, I’m a Liberal» (ámame, soy un liberal) en 1966, y no han cambiado un ápice desde entonces. Los temas cambian, así que sus argumentos cambian, pero sus valores de «mantengamos el Status Quo pero hagamos que me sienta bien al respecto» han sido los mismos desde hace generaciones.