La «solución de dos Estados» en Palestina es una imposibilidad, y lo ha sido por décadas. El supuesto «Estado Palestino» incorporaría a Gaza y a Cisjordania pero, por un lado, no tendría continuidad territorial, serían dos enclaves al interior de Israel; por otro Cisjordania ya está plagada de asentamientos ilegales que hacen imposible un control político palestino; y por último Israel NO va a permitir que un Estado. Palestino controle ni el espacio aéreo ni sus fronteras.
Para que la «solución de dos Estados» sea viable, haría falta que Israel retire los asentamientos ilegales de Cisjordania, cosa harto improbable porque, de hecho y en este momento, el gobierno sionista está armando a los colonos radicales sionistas y permitiendo que estos realicen pogromos contra la población Palestina en Cisjordania, bajo el cobijo del bombardeo en Gaza.
Una solución de un sólo Estado, se llame «Israel» o «Palestina», donde toda la población tenga los mismos derechos sin importar su identidad étnico-religiosa se antoja como la mejor solución, la que lograría una paz durable, pero es sumamente complicado si no imposible que los judíos sionistas renuncien a su proyecto de un Etnoestado (es decir un Estado étnicamente «puro»). Sin embargo, por décadas, esta fue la postura histórica de la Organización por la Liberación de Palestina de Arafat, una Palestina laica donde pudieran convivir ambos pueblos.
Así que el problema no tiene una solución fácil, y las únicas «salidas realistas» que se ven ahora son o culminar la limpieza étnica de Palestina y que triunfe el proyecto sionista, o la derrota militar de Israel a manos del «eje de la resistencia».
Ninguna de ambas parece fácilmente accesible, y ambas implicarían más muertes y sufrimiento de civiles.
Por otro lado, cualquiera de estas «salidas» acerca más la posibilidad de escalar esto a una guerra mundial.
Así que la solución que propongo, que tal vez suene sumaria y demasiado abstracta, es luchar contra nuestros propios Estados. Por un lado es cierto que ningún Estado traerá la liberación, pero por otro lado es cierto que el proyecto sionista no existe en el vacío, se sostiene de un sistema imperialista internacional, del que todos y cada uno de los Estados es parte. Será rebelándonos contra ese orden internacional, que a la vez paga el genocidio e impide cualquier sanción en la ONU como podremos, significativamente, luchar al lado del pueblo palestino. Será luchando contra la complicidad de nuestros Estados como, a la vez, traeremos a la luz su carácter de instrumento de opresión de clase, y su lugar en el sistema internacional, sea de nación dominada o de potencia imperialista.
Y sí, tal vez me voy muuuuy lejos diciendo que la solución al problema en Palestina es la revolución social ahí donde estés, pero en verdad no veo otra salida.
¿Cómo va a sancionar la ONU a Israel si USA y GB tienen veto?
¿En verdad vamos a poner nuestras esperanzas en el «eje de la resistencia»? No hay ningún Estado bueno, pero la misógina teocracia iraní o el gobierno de Assad están muy lejos de ser «los menos malos».
Si la salida no son las sanciones de la ONU ni la victoria en una guerra internacional, lo único que queda es la revolución social.
Ahí donde estamos, y en los centros de poder imperialistas.
Que la guerra se transforme en «el seno de la revolución» no dependerá de ningún determinismo histórico, sino de nuestras acciones, por pequeñas que nos parezcan.